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viernes, 19 de abril de 2013

Organización social de los Carpetanos

Aunque no podemos conocer exactamente los límites del territorio carpetano, sí podemos intentar conocerlos de forma aproximada, debido a los textos de los escritores grecorromanos, así como a ciertas pistas que obtenemos de la arqueología.

Los poblados carpetanos no muestran señales de lucha, aunque su propio carácter fortificado o el abandono de muchos de ellos en un momento impreciso del siglo II a. C., se puedan poner en relación con la conquista romana.

Al igual que en otras zonas del Imperio, se produjo un progresivo abandono de los poblados encastillados situados en las colinas, propios del hábitat indígena, y una simultánea ocupación de los llanos, relacionada con la implantación definitiva de una economía de base agrícola.

Todo su sistema productivo está asociado a estas elevaciones, con poblados de escasas dimensiones en sus alturas y dedicados a una agricultura de subsistencia, a la ganadería como principal fuente de alimentos y a una minería como un recurso complementario.
Por algunos hallazgos encontrados en varios yacimientos se sabe que en su dieta favorita tenían a los perros.

Sus únicas industrias eran las del hierro y el tejido de sagos (piezas ásperas de lana parecidas en su aspecto a la de las cabras salvajes), lo que revela su origen nómada pastoril, así como la costumbre, muy censurada por los romanos, de utilizar los orines para lavarse el cuerpo y los dientes.

Todo ello revela un modelo jerárquico poco organizado, con un ritmo de vida estable y tranquilo. Este modelo, hace de los carpetanos un pueblo débil defensivamente y con poca cohesión interna, lo que será aprovechado por los romanos para su invasión. El caballo no abundaba en esta región y esto hace que este pueblo no se integrara en ninguna unidad auxiliar romana, no ya como jinetes, ni siquiera como cohor, quizá debido a su falta de preparación para la lucha o a su estilo de vida, lo que explicaría su aparente pasividad durante la conquista romana de la meseta.
Las necesidades vitales de los carpetanos, según estudios arqueológicos y nutricionales, eran para una unidad familiar que tenia 5 miembros, una casa de 20 metros cuadrados. Cada miembro necesita para cubrir sus necesidades mínimas 0,75 km2 de superficie, de la cual aprovecha el 40% de la superficie .cultivable, obteniendo 10.000 kilos de cereal por km2. Este individuo consume 200 Kg. de cereales por año, donde cada kilo le proporciona 0,66 kilos de harina complementado por una cantidad de carne de 145,5 Kg. por persona cada año obtenida del pastoreo y de la caza.fuente que tenemos para el estudio de los límites territoriales de los carpetanos, es la arqueología, que mediante el estudio de las cabezas de verracos, características de la cultura vetona, ha intentado fijar las fronteras entre este pueblo y los carpetanos. Aunque en algunos asentamientos carpetanos aparece este tipo de representaciones, son de la suficiente insignificancia como para no ser tenidas en cuenta. Así, Roldán, traza una línea entre Gredos y el río Guadarrama siguiendo muy de cerca el curso del río Alberche, desde el embalse de Burguillo hasta su desembocadura en el Tajo, pocos kilómetros al este de Talavera. Posteriormente S. Valiente y L. Balmaseda han movido este límite más hacia al este, al descubrirse nuevos yacimientos con una presencia de cabezas de verracos suficientemente amplia como para tenerse en cuenta. Aquí estaría para ellos el límite occidental del territorio de los carpetanos.
Parece ser que contaban con un sistema económico bastante más diversificado que los pueblos colindantes, pues aunque su base de subsistencia era la agricultura (como lo demuestra el que en el 146 a.c. Viriato les impusiera un tributo en trigo, en vez de robarles su ganado, como hizo con los segobrigenses y los celtiberos), contaban además con una dedicación a la ganadería, sobre todo de cápridos, por ser animales adaptados y resistentes en este medio y en algunos de sus poblados hay zonas de estabulación de ganado. Aprovechaban ciertos minerales, los que se daban en su zona, sobre todo oro y plata, que eran transportados por asnos.
También recolectaban frutos en el bosque, y complementaban su alimentación con lo que cazaban en los frondosos montes, sobre todo jabalíes, conejos y liebres. Lo que cultivaban principalmente era la vid y el olivo. No destacó, sin embargo, el pueblo carpetano, en la industria textil, así como en el trabajo de los metales, de los que solo controlaban algo en orfebrería.
Las tribus o Gens, eran comunidades separadas de individuos que compartían unas costumbres sociales, económicas, y en muchos casos, religiosas, que hacen posible que se pueda hablar de una cultura similar. Se trataba de aldeas situadas en cerros y normalmente con elementos defensivos como empalizadas de madera, etc. Se trataba de un grupo de cabañas habitualmente con zócalo de piedra, que normalmente tenían una ordenación irregular.
la sociedad carpetana tenía una economía bastante más diversificada que la mayoría de los pueblos del interior, pues a diferencia de estos no se basaba en una fuerte ganadería, sino en una agricultura apoyada por cierto tipo de ganadería.

Este cambio debió producirse por la entrada de elementos indoeuropeos en el estrato nativo, que produjeron algunos intentos de cambios, como la ganadería de trashumancia, el empleo del arado, así como un proceso de jerarquización en la sociedad.

Todo esto nos da una visión de este pueblo muy diferente a los puntos de vista que se suelen tener sobre los pueblos del interior, a los que se nos han mostrado como bárbaros incultos y salvajes que se agarran a las montañas como medio de subsistencia. Ahora vemos un pueblo que estaba en pleno desarrollo cuando se produjo la conquista romana, y en el cual se habían dado una serie de hechos que la convirtieron, según nuestro punto de vista, en una de las culturas más avanzadas del interior peninsular, incluyendo a los pueblos del norte.
El listado de ciudades de los textos de Ptolomeo solo menciona los nombres de las mansiones de las calzadas. El nombre de Carpetania, no se refiere a una unidad social sino más bien corresponde a una unidad geográfica, a los habitantes que viven entre el río Tajo y río Guadiana, esa es la unidad geográfica principal además de otras unidades geográficas salidas de este territorio.
Algunos autores sitúan a los carpetanos en la región Madrid-Toledo y Alcarria-Mancha. Para otros serían celtas por las terminaciones en –briga de algunos nombres de sus ciudades y la proximidad con los vetones. Otros los considerarían iberos por la proximidad con los oretanos y la raíz ilu/itu en los nombres de otras de sus ciudades. Esta tierra la emplazan como tierra de paso, con influencia de todos los pueblos que pasaron por España, creando un pueblo peculiar y próspero en cuanto a su riqueza cultural y patrimonial olvidado históricamente y que dura hoy en día.

Nos adscriben y nos colocan siempre respecto a otros pueblos y nunca nos toman como referencia, nos ubican más al norte para explicar su tesis a su conveniencia y algunos autores hasta dudan de la cita que dice que “los carpetanos son los habitantes que viven entre el río Tajo y el río Guadiana”. En definitiva los carpetanos corresponden a la unidad geográfica de los Montes de Toledo, por su unidad geográfica, cultural, geológica y botánica.

Son pueblos que dan mucha importancia económica a la ganadería, como así se desprende de los asentamientos, que se distribuyen en lugares donde los habitantes crean poblaciones pastoriles adaptadas a la defensa y almacén de los productos pecuarios obtenidos siempre del entorno inmediato o alrededor del mismo. Las ciudades carpetanas se ubican en grandes riscos y acantilados con cuevas y grietas que sirven de habitaciones a sus pobladores.

La identificación de las ciudades carpetanas se basa en la similitud fonética de los nombres latinos con nombres de ciudades y pueblos actuales. Los límites se establecen en base a las ciudades de los itinerarios u otras manifestaciones como verracos, o contenidos de la epigrafía romana como gentilidades, cultos indígenas, etc. Cuando los limites no pueden precisarse, se recurre a los accidentes geográficos o alcanzando la región hasta llegar a sus vecinos vetones, oretanos, celtíberos.
Las ciudades mencionadas en la conquista romana, como: Aebura, Alce, Dipo, Contrebia, Noliba, Cusibi, desaparecen en los textos posteriores. Este hecho refleja un cambio profundo en el sistema de poblamientos, donde la mayoría de las ciudades importantes de nuestra época no lo eran antes, son fundaciones nuevas, quedando las demás desaparecidas y olvidadas en los confines de los Montes de Toledo. Este cambio dado por los conquistadores romanos, se produce por los abandonos del centro de la carpetania, donde la economía era preferentemente ganadera y las vías de comunicación escasas y accidentadas. Se desmembró por completo el sistema de asentamientos y relaciones entre ellos, el sistema territorial y político, creando un nuevo orden.
La carpetania estaba integrada en su totalidad en lo que sería luego la provincia romana de la Citerior. Los romanos delimitan las regiones con un criterio político y estratégico procurando que los límites fueran naturales.
La identidad y forma de vida de sus habitantes, anterior a la llegada de los romanos, se considera una etapa precelta. Esta oleada de inmigrantes, conservó su cultura y tradiciones que se reflejan en los dólmenes y megalitos existentes; y debió ser esto y su lengua el único nexo que mantuvieron hasta la llegada romana, un pueblo conexionado culturalmente pero sin ninguna cohesión política como ha ocurrido y ocurre a lo largo de la historia. Los textos clásicos hacen referencia a ciudades como pequeñas unidades celulares y no como ciudades integradores de una etnia. Los autores clásicos narran los acontecimientos de esta región, no mencionando a los carpetanos sino a las ciudades en que ocurren los hechos.

Debido a esta fragmentación política, esta región parece ser un lugar de batallas de otros pueblos, el lugar de paso y destino de razzias de otras poblaciones. Los romanos se asientan en sus ciudades sin referencia a grandes batallas y en fechas como el año 135 a. C. acampan para invernar en Carpetania. Esta fragmentación política hizo que se convirtieran en aliados de los romanos o que adoptaran una postura neutral que permitiera el paso libre y el asentamiento de los romanos (vivir y dejar vivir). Esto explica la ausencia de grandes batallas y las incursiones de los lusitanos ya que atacarían a un pueblo aliado de Roma.

Con la llegada de Roma se cambia la aptitud de sus habitantes, se abandonan las zonas más empinadas y montañosas y se ubican en zonas urbanas y con mas accesibilidad. Sus habitantes se trasladan a estos núcleos de atracción y dejando la zona más montañosa prácticamente deshabitada, solo con pequeños núcleos donde se ubican minas y algún balneario.