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lunes, 15 de abril de 2013

Organización social de los Vacceos

 Cauca era una ciudad-estado autónoma política y militarmente, dirigida por un Senado (Appiano) y una aristocracia guerrera similar a las existentes en las ciudades de la Celtiberia. Son estas élites gobernantes las que establecieron pactos de amistad con poblaciones vecinas, las que decidían con quiénes aliaban sus fuerzas para obtener un mayor beneficio económico y seguridad, bajo qué normas se explotaba el agro y con qué prioridades, etc.
 Su control efectivo no sólo se ejercía sobre los ciudadanos de Cauca y sus recursos, sino también sobre un territorium que presumimos amplio pero de cuyos límites apenas sabemos nada, aunque sí nos consta cómo hubo de tener una baja densidad demográfica.
 A juzgar por la estructura social existente en poblados meseteños coetáneos en los que se han excavado sus necrópolis, la sociedad caucense debió de estar organizada piramidalmente, de manera que la riqueza generada por la clases medias y bajas, por los campesinos, artesanos y comerciantes, tendría como principales beneficiarios a las élites gobernantes. Parece lógico pensar que los 100 talentos de plata (unos 2.600 kg) que Lúculo arrancó a los caucenses en el año 151 a. C. en concepto de indemnización de guerra salieran de las arcas familiares del grupo de los potentados y mercaderes, y fueran el fruto de décadas de amasar riqueza. Botín que, con toda seguridad, estaría formado por denarios, recipientes, joyas, recortes, pequeños lingotes, etc.
De nuevo los autores clásicos, pero sobre todo la arqueología, demuestran que los pilares económicos de Cauca fueron la agricultura extensiva de cereal y la ganadería, pues considerables son los volúmenes de trigos carbonizados y de restos faunísticos que han aparecido en varias de las excavaciones practicadas. En alguna ocasión hemos podido documentar hasta un estrato de unos 15 cm de potencia formado íntegramente por trigo carbonizado que debió de estar envasado en sacos de esparto, no en tinajas, y sus restos, lógicamente, han desaparecido. El tercer pilar viene constituido por un sector artesanal que sabemos importante y diversificado gracias a la exhumación de abundantes escorias de hierro (calle Azafranales, 5) y de bronce, trozos informes de plata, de los restos de un alfar para la producción semi-industrializada de cerámica, de concentraciones de fusayolas y pesas de telar, materias colorantes para teñir, útiles y adornos de hueso y marfil, etc. De todas las especialidades artesanales presentes en Cauca brilla con luz propia, por su excepcional calidad, la cerámica.
La localización hace unos años de tres sepulturas de incineración en pleno terrazgo de Los Azafranales, fechadas a finales del siglo VI a. C. o ya dentro del V, sugiere la posibilidad de que los cementerios antiguos fuesen incluso destruidos por los vacceos más modernos en su proceso de crecimiento urbano. Para en cierto modo compensar la situación de Cauca, en su barrio satélite situado en el cerro Cuesta del Mercado sí nos consta que dispuso de dos espacios funerarios.
  Los estudios realizados en los últimos 50 años acerca de la idiosincrasia de la cultura vaccea, nos cuentan que fue un pueblo que opuso tenaz resistencia frente a las legiones romanas en defensa de sus costumbres y de su forma de vida, así como fieles aliados de los celebres numantinos durante las Guerras Celtibéricas (S. II a.C.) prestándose ayuda mutua. Sus ciudades se muestran como auténticos núcleos urbanos donde una élite guerrera coronaba la cúspide del entramado social. La agricultura y la ganadería fue su principal actividad económica y fuente de riqueza, tal y como lo ha sido tradicionalmente por estos lares, por no hablar del uso del adobe como material de construcción que sin duda alguna entronca con nuestra arquitectura tradicional. Son muchos los secretos que aun guarda este pueblo bajo el subsuelo, pero sin duda alguna no pasara mucho tiempo sin que descubramos algo más de estas gentes asentadas en el corazón de Castilla hace 2500 años.
Su organización social se basaba en "gentes" y "gentilitates", pero a mediados del S. II a.C., existen dos prácticas que nos indican la evolución hacia una jerarquización social: la "devotio" y el "hospitium". Indico esto porque la "tessera hospitalitis" encontrada en Montealegre en 1987, hace referencia a los Amallobricenses.
Por los clásicos se sabe que algunas de estas grandes ciudades tomaban sus decisiones importantes en Consejos de Ancianos sobre elección de líderes y estados de guerra o declaraciones de paz. Ejemplo de estas decisiones fueron las reuniones de los ancianos de “Cauca” con Lúpulo. Otra muestra de esto fue que Apiano o Tácito no se ocuparon de campañas concretas contra el pueblo vacceo, sino sólo concretamente contra ciudades como “Pallantia”, “Cauca” e “Intercatia” llegaron a hablar también de su “rey”.
Estos hechos demuestran que por entonces se buscaban lugares cercanos a los lugares fluviales principales, habiendo gran cantidad de población los fondos de los valles y los bordes de los páramos dejando vacío el interior (a esto lo llamaros los “vacíos vacceos”). Y otra característica de esta zona es la distancia entre las poblaciones, calculadas como mínimo en un día de distancia.
La organización interna de estos poblados demostró que se ocupaban de defender sus territorios con barreras físicas, construyendo en zonas llanas (como lo conocido como “Las Quintanas en Valoria la Buena y Padilla de Duero) y en otras con mejor situación natural (Cuestacastro, El Castillo de Terdehumos) un esquema de fosos y muros que se ha descubierto mediante fotografía aérea.
Estas construcciones llegaron a afectar a las campañas romanas, El incendio de “Pallantia” durante la era sertoniana revela el uso de madera y adobes para su construcción. Es más difícil concretar la fecha de estas edificaciones. Hay datos que apuntan que al principio había zonas habitadas dentro de estas defensas, que barajaron las opciones de una futra expansión y también zonas de uso general. También había zonas dentro de las ciudades que estaban más apartadas porque su actividad con el fuego podía ser peligrosa para la población: estas áreas estaban pasando el cauce del Duero. Un ejemplo de esto eran Roa y Padilla, con talleres de cerámica en ambas orillas del río, al lado contrario de ambas poblaciones. El pueblo vacceo, como otros pueblos celtibéricos peninsulares estaba dividido en ciudades estado que compartían una cultura y algún otro elemento común como las leyes. Una de estas leyes, recogida por historiadores romanos, era la partición de la cosecha. Una de las mayores diferencias entre los vacceos y otros pueblos prerromanos de la meseta fue la el peso que la agricultura tenia, en lugar de la ganadería, mas trabajada por pueblos como los arévacos.