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jueves, 18 de abril de 2013

LOS BELOS

Debido a las pocas fuentes escritas que existen y los pocos vestigios y hallazgos encontrados tanto en las necrópolis como en los poblados, y después de  las investigaciones realizadas en varios campos,  vamos a hacer una descripción o un estudio, lo más aproximadamente posible, de lo que sería en sí el pueblo  que los autores clásicos y antiguos llaman los belos celtíberos.
Desde el 600, un grupo de belgas -portadores de la lengua celtibérica- formado por los arévacos, titos y belos, se asentaría en la zona occidental de Aragón, reduciendo el ámbito de los lusones.
Los Belos eran un pueblo, etnia o tribu  de la Hispania celtibérica Citerior que habito la provincia de Soria, antes de la ocupación romana, se extendía por la zona noreste. Se trata de un pueblo celta llegado a la península con las invasiones del s. VI y establecido en el alto valle del Duero, desde donde ocuparía el valle Alto del río Jalón, por lo tanto , en la actualidad correspondería a las comarca de Arcos de Jalon, y Medinaceli.
Son mencionados por las fuentes romanas en relación con los arévacos, lusones y titos.
Polibio y Estrabón denominan Celtiberia a toda la Meseta, aunque en ocasiones la reduzcan sólo a su parte oriental. Según estos autores, estaba ocupada por cuatro tribus: arévacos, lusones, belos y titos, a los que habría que añadir los pelendones, citados por Plinio y Ptolomeo, y los pueblos del Moncayo, con las ciudades de Tarazona y Borja citadas por Ptolomeo
 Apiano cita repetidas veces a titos y belos, de tal forma que se entiende que los primeros se hallan en la clientela u hospitum de los últimos, es decir  que los titos se hallaban supeditados a los belos, y ambos a los arévacos
En la Geografía de Ptolomeo, escrita en el siglo II d.C., ninguno de estos pueblos aparece especificado, sino que bajo el genérico «celtíberos» se agrupa al parecer, a belos, titos, lusones y celtíberos propios.
Son citados en textos asociados con el rey de Iliria (antigua región histórica de Europa que, en su mayor extensión, incluía la parte occidental de la península balcánica en la costa oriental del mar Adriático), así que se pensaba que eran de origen ilirio. Tienen una gran relación con los Titos y los Lusones, compartiendo la mayoría de las características.
Según Floro los belos eran consanguíneos y aliados de los arévacos.
Bosch Gimpera sostiene que los belos llegaron desde la Galia junto con los arévacos
Una ciudad importante es Nertóbriga que emite moneda de bronce en el siglo III a. C. en las que aparece un jinete lancero. La más destacada, sin embargo, es Sekaisa (Segeda), que acuña moneda en torno al siglo II a. C. En el 154 a. C. amplía su territorio provocando las Guerras Celtibéricas.
Su capital era Segeda, que comúnmente se sitúa en el yacimiento de Belmonte, próximo a Calatayud, ya que en él se encontraron monedas ibéricas con el rótulo Secaisa. La situación, sin embargo, no está clara, pues parece que Belmonte se halla fuera del territorio belo.
Esta ciudad había pactado con Tiberio Graco (179 a.C.), a pesar de lo cual fue motivo de que se iniciase la denominada «guerra numantina», debido a la ampliación de sus murallas. Los belos hicieron muy pronto las paces con Roma, por medio del procónsul Marcelo, en 146 a.C., fecha en que se sometieron definitivamente al invasor y dejaron de ser nombrados por las fuentes romanas.
Ocuparían el valle del Jalón, desde la confluencia con el Piedra; por el sur limitarían con la Sierra Solorio hasta Sierra Ministra, y por el norte, con las de la Mata, Muedo, el extremo sur de la de Miñana y la sierra de Almantes. Estos límites no son del todo seguros, sobre todo los que les separarían de titos y lusones. Pertenecerían a este pueblo las ciudades de Segeda, Attacum, Arcobriga y Ocilis (tal vez Medinaceli).
En la actualidad este panorama se complica al tener necesariamente que hacer descender el territorio de celtíberos por el Huerva hasta Contrebia Belaisca, donde harían frontera con los sedetanos. El problema reside en la adscripción a grupo tribal de estos celtíberos de Contrebia, que o bien forman parte de un conglomerado ya modificado en los inicios del siglo i a.C., dentro del mismo grupo que los lusones, o bien hacen frontera con ellos. En tal caso los lusones estarían, entre el siglo II a.C. en su segunda mitad y el I a.C., ocupando un territorio a caballo entre las zonas de Morata y Cavero, en la Idubeda, por el valle del Jalón, entre la zona actual de Calatayud, sin llegar a Daroca o sin sobrepasarla mucho por el Jiloca; queda el problema de la identificación de Contrebia Carbica, ocupando quizás el valle del Perejiles y parte de la llanura entre La Almunia y Cariñena, sin llegar a ésta.
Por los pactos de hospitalidad, puede que los Belos, lusones y algunos más viviesen todos juntos. Así pues se puede entender a los autores clásicos cuando nos hablan de estas tribus en el sentido que cada cual o que cada uno les llama como quiere y las sitúa a todas en un mismo sitio.
Cuando los romanos conquistaron lo que actualmente es la provincia de Teruel se encontraron con dos grupos étnicos diferentes: los íberos y los celtíberos.
Los belos y titos, que habían buscado refugio en los arévacos, infringieron una grave derrota al ejército romano, pero, con los restos del mismo, Nobilior aún estuvo en condiciones de poner cerco a Numantia (Numancia)
El nombre de Belos quizá provenga del latín “ Bellum” que quiere decir “guerra”, es posible que estas gentes, en la mayoria, fuesen todos guerreros.
Otras fuentes nos señalan que están emparentados con los arévacos, lusones y vacceos por el tronco común de los Belovacos de la Galia.
Así, el territorio occidental de la actual provincia de Teruel debió estar ocupado por los celtíberos belos, siendo Damaniu, en Hinojosa de Jarque, la ciudad que marcaría el límite con la zona ibérica.